Todo esto resulta simplemente en un “avivamiento fantasioso”. Como reza
el dicho: “Tilín tilín, pero nada de paletas”. En otras palabras, como la
hojarasca (1.Co.3.12) que hace mucha bulla pero que de poco o de nada sirve
para suplir las necesidades de los santos (Mr.11.12-14).
La mayoría de religiosos cristianos están tan acostumbrados a las
fantasías que la realidad los asusta, y por eso la rehúyen. Pasan décadas y sus
congregaciones siguen anquilosadas. Les llegan muchos nuevos creyentes, pero
otros tantos se desvían del Camino; y esto porque algunos no soportan la
inacabable repetición de la repetidera sin que objetivamente se experimenten
relevantes cambios de provecho para ellos y para los demás miembros de sus comunidades.
A éstos descarriados se les amonesta duramente en Hebreos 6.4-8 No obstante,
antes de hacerlo son instados a dejar atrás los “rudimentos de la doctrina de
Cristo” e ir “adelante a la perfección (He.6.1-3)
Caso contrario son los que tienen la siguiente actitud: “estamos
persuadidos de cosas mejores, y que
pertenecen a la salvación”(He.6.9) “ Porque Dios no es injusto para olvidar
vuestra obra y el trabajo de amor que habéis mostrado hacia su nombre, habiendo servido a los santos y sirviéndoles
aún. Pero deseamos que cada uno de
vosotros muestre la misma solicitud hasta el fin, para plena certeza de la
esperanza, a fin de que no os hagáis
perezosos, sino imitadores de aquellos que por la fe y la paciencia heredan las
promesas”. (He.6.10-12). “Vosotros veis, pues, que el hombre es justificado por
las obras, y no solamente por la fe”. Stg. 2.24
Cuando comprendamos lo que es el reino de Dios, el cual es muy diferente
a los demás reinos o Estados del mundo, que yacen bajo el Maligno, disminuirán
o desaparecerán los descarriados o apóstatas, pues las “cosas mejores y que
pertenecen a la salvación” no dejarán que se aburran o tengan pereza, porque el
servicio a los santos cubre una infinita gama de posibilidades, incluyendo la
ayuda mutua (He.13.16), que a todo incluyen una inagotable fuente de medios o
herramientas con las que nos podemos beneficiar desde ahora y hasta la
eternidad.
Es de tener presente que “Aquel siervo que conociendo la voluntad de su
señor, no se preparó, ni hizo conforme a su voluntad, recibirá muchos azotes. Mas el que sin conocerla hizo cosas dignas de
azotes, será azotado poco; porque a todo aquel a quien se haya dado mucho,
mucho se le demandará; y al que mucho se le haya confiado, más se le pedirá”
(Lc.12.47-48).
Toca, pues, principalmente a los creyentes con liderazgo, recursos
económicos, posición social, capacitación académica, etc., colaborar con Dios
(1-Co.3.9) haciendo que la justicia del reino de su Hijo se haga evidente y
siga este reino creciendo entre nosotros hasta su gloriosa plenitud.
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