Para que esto llegue a
ser una realidad, como todo buen gobierno a través de este reino se ha diseñado
el plan divino de salvación, salvación no solo de un infierno futuro sino
también del actual tormento producido por la maldad, injusticias y sufrimientos
causados por los enemigos de este gobierno (Lc.19.27).
Este plan nos induce a
organizarnos como un Cuerpo, para:
A) “para que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las
tinieblas a su luz admirable” (1-P.2.9).
B) “para que en este tiempo, con igualdad, la abundancia vuestra
supla la escasez de ellos, para que también la abundancia de ellos supla la
necesidad vuestra, para que haya igualdad,
como está escrito: El que recogió mucho,
no tuvo más, y el que poco, no tuvo menos”
(2-Co.8.13-15).
C) “para que no haya desavenencia en el cuerpo, sino que los
miembros todos se preocupen los unos por los otros. De manera que si un miembro padece, todos los
miembros se duelen con él, y si un miembro recibe honra, todos los miembros con
él se gozan. Vosotros, pues, sois el
cuerpo de Cristo, y miembros cada uno en particular” (1-Co.12.25-27).
D “para que ya no seamos niños fluctuantes, llevados por
doquiera de todo viento de doctrina, por estratagema de hombres que para
engañar emplean con astucia las artimañas del error, sino que siguiendo la verdad en amor,
crezcamos en todo en aquel que es la cabeza, esto es, Cristo, de quien todo el cuerpo, bien concertado y
unido entre sí por todas las coyunturas que se ayudan mutuamente, según la
actividad propia de cada miembro, recibe su crecimiento para ir edificándose en
amor (Ef.4.14-16).
Quienes valoramos este
plan de gobierno divino debemos esforzarnos por quitar del camino las grandes
“piedras de tropiezo” que obstruyen su desarrollo y estorban para que el
Espíritu de Dios haga la obra por medio de nosotros (2-Co.1.20). No en vano
nuestro rey salvador “se dio a sí mismo por nosotros para redimirnos de toda
iniquidad y purificar para sí un pueblo propio, celoso de buenas obras (Tito
2.14).
Pero, ¿Qué son estas
“piedras de tropiezo? En la siguiente reflexión lo pondré al descubierto.
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