viernes, 14 de agosto de 2015

REINO DE DIOS Y REINOS DEL MUNDO

                                          

Es evidente que ningún gobierno terrenal da prioridad a lo que Dios en la Biblia manifiesta querer en el manejo ético de los asuntos humanos. “ Y como ellos no aprobaron tener en cuenta a Dios, Dios los entregó a una mente reprobada, para hacer cosas que no convienen” (Ro.1.28). Por eso quiere que sea su propio pueblo y nación la que lo honre. La Biblia nos enseña claramente que los reinos o gobiernos del mundo NO HACEN PARTE DEL REINO  DIOSDE, él los permite pero no los comparte (Jn 19.10-11) y (Ro. 13.1-6), pues “ el mundo entero está bajo el maligno” ( 1- Jn.5.19), ya que la gente común permanece “siguiendo la corriente de este mundo, conforme al príncipe de la potestad del aire, el espíritu que ahora opera en los hijos de desobediencia “ ( Ef 2.2).

    El mismo Jesús declaró: “ No hablaré ya mucho con vosotros; porque viene el príncipe de este mundo, y él nada tiene en mí”. ( Jn. 14.30) Alguien podría argumentar que el apóstol Pablo declara que toda autoridad proviene de Dios, según Ro. 13.1-5. Pero siempre para entender correctamente las Escrituras a primero que debemos atenernos es al contexto.Si este pensamiento fuera absoluto los apóstoles en Jerusalén no hubiesen continuado predicando la palabra del Reino, puesto que las autoridades de la ciudad les ordenaron que no lo hicieran. Pero, ¿qué dijeron ellos? "Juzgad si es justo delante de Dios obedecer a vosotros antes que a Dios" (Hch.4.17-19)
   
    El Señor permite pero no comparte estos gobiernos, y mucho menos cuando son injustos y opresores. Su Reino no funciona según los esquemas de este mundo impío. Su Reino no tiene fronteras humanas puesto que "Dios no hace acepción de personas, sino que en toda nación se agrada del que le teme y hace justicia." (Hch.10.34-35) Es el pueblo santo de Dios, que aunque puede estar disperso, nunca debe estar desunido, objetivament e hablando.

    Al referirse a uno de estos gobiernos, dijo: “ Dad, pues, a César lo que es de César ( el gobierno del Imperio Romano), y a Dios lo que es de Dios” (Mt 22.21) “ Y le llevó el diablo a un alto monte, y le mostró en un momento todos los reinos de la Tierra. Y le dijo el diablo: “ A tí te daré toda esta potestad, y la gloria de ellos; porque a mí me ha sido entregada, y a quien quiera la doy. Si tú postrado me adorares, todos serán tuyos. Respondiendo Jesús le dijo: “ Vete de mí, Satanás, porque escrito está: Al señor tu Dios adorarás Y A Él SOLO SERVIRÁS” (Lc 4.5-8).    Esta tentación que tuvo Jesús la tienen permanentemente muchos seres humanos: Adquirir, a través del servicio a un Estado, riquezas, poder y prestigio, aunque sea por medios legales y por motivos más o menos éticos.

     Para un cristiano lo verdaderamente importante es servir a su rey Jesús, permitiéndole gobernar su vida personal, familiar y social, como parte que es de santa nación. Así, sin ser desleal a la real voluntad de su soberano Jesús, podrá hacer bien a todos, pero mayormente a los de la familia de la fe (Gá.6.10). Tengamos muy presente al “hombre noble”, Jesucristo, a quien se le asignó un reino (lc.22.29), y volverá para darlo por herencia a los que utilizaron bien los recursos que él mismo les entregó para trabajar en su obra (Mt.25.34; Lc.19.12-27); de manera que es mucho mejor que sirvamos solo al Señor bajo el nuevo régimen del Espíritu Santo (Ro.6.7), y podamos así cosechar abundantemente frutos para esta vida y para siempre.


                                                                                                                                

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