jueves, 14 de febrero de 2019

UN LOBO RAPAZ SE QUEDÓ CON HAMBRE

 


   Uno de los tantos lobos rapaces de nuestro tiempo intentó crear una aberrante doctrina con la que se pretendía establecer un contrasentido al principio de igualdad claramente prescrito en las sagradas escrituras del Nuevo Pacto.
   
   Se trataba de una herejía que se quería justificar en la errónea y maliciosa interpretación del siguiente pasaje: “Porque al que tiene, se le dará; y al que no tiene, aun lo que tiene se le quitará.” (Mr.4.25)
   
   El mencionado lobo dio a este versículo el sentido de que las ayudas o aportes económicos se hicieran a favor de los más acomodados o ricos, dejando a los más pobres y necesitados por fuera de toda consideración.
   
Obviamente, esa interpretación no es ni de lejos la correcta. La misma naturaleza humana nos enseña… Apoyamos a quienes se están esforzando por alcanzar sus metas, y quitamos todo respaldo a los negligentes y faltos de compromiso.
   
   Afortunadamente pudo más la verdad libertaria de la Palabra de Dios que las viles pretensiones de los que se obsesionan grotescamente en manipular al  pueblo del  vigente y progresivo reino de nuestro Salvador.
  
   Con toda claridad la Biblia nos enseña a ser solidarios con los menos favorecidos (He.13.3; Mt.25.34-40), y en general recomienda la ayuda mutua (He.13.16; Ef.4.15-16; 1-Co.12.25-27) para que todos los miembros del Cuerpo de Cristo se edifiquen y crezcan.

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