sábado, 2 de febrero de 2019

INCREÍBLE PERO CIERTO

 
   A no ser que uno crea que existen bloqueos o desbloqueos de origen sobrenatural, resulta inexplicable que personas inteligentes y con un grado mínimo de instrucción escolar o académica, no puedan comprender el valor de un plan de gobierno con tan sobrados méritos como para ser considerado como muy superior a los ya presentados y ejercidos a lo largo de la historia de la Humanidad.
     
    Por ahora, y en esta corta reflexión, solo diré que Jesucristo, como “cordero de Dios”(Jn.1.29), se presenta como “la puerta” de la salvación, inicialmente a través del arrepentimiento por haber vivido (por ignorancia o rebeldía) sin reconocer la divina autoridad del Supremo Creador.
  
   Pero, evidentemente, el arrepentimiento es sólo la “puerta”. Los “pastos” que pueden encontrar en tan vasto campo quienes entran por ella, claramente son los frutos  de la “conversión” (Hch.3.19), es decir, el resultado de la puesta en práctica de los principios del reino de Dios. Por eso nuestro Salvador dice: “Yo soy la puerta; el que por mí entrare, será salvo; y entrará, y saldrá, y hallará pastos.” (Jn.10.9)
    
   Los principios diseñados para que “sirvamos bajo el nuevo régimen del Espíritu” (Ro.7.6), fueron creados  no solo para cubrir las necesidades individuales, espirituales y futuras de los creyentes, sino también para superar las presentes y humanas  necesidades de la comunidad…La Iglesia es la comunidad de creyentes.
  
   El valor del “tesoro escondido”, o de la “perla de gran precio” (Mt.13.44-46) se hará evidente cuando los miembros del Cuerpo de Cristo (los creyentes comprometidos) se integren en todas las áreas que la vida humana requiere (vivienda, trabajo, deporte, cultura, etc.), pero sin perder su identidad ni desvirtuar su naturaleza (2-Co.6.14-18; 7.1)
                  

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