sábado, 22 de febrero de 2025

ESTA REVELACIÓN NO ES PARA TODOS

 

   

La mayoría de los judíos que aceptaron que Jesús era el rey profético, no comprendieron el plan de liberación que el Mesías se proponía. Creían que iba a liderar una revuelta tan grande como para poder liberar a su pueblo del  yugo romano (Lc.9.11). En otra ocasión fueron más directos al preguntarle cuándo vendría el Reino de Dios, a lo que les respondió que ya estaba entre ellos (Lc.17. 20-21) creciendo como la semilla de un árbol (Mt.13. 31-32), que podrían esforzarse por entrar (Lc.16.16) y participar de él (Ap.1.9), pues conforme a sus capacidades (Mt.25.14-15) podrían colaborar (1-Co.3.9) en el servicio y consolidación del “nuevo régimen del Espíritu” (Ro.7.6) para proclamar con hechos las virtudes de este sublime gobierno (1-P.2.9).

   En efecto, las personas que participan en este proyecto saben que, aunque viven en medio de los “hijos de desobediencia” (Ef.2.1-3), están exhortados a que hagan compromisos de asociación sólo con el pueblo de Dios (2-Co.6.14-18), “para que no haya desavenencia en el cuerpo, sino que los miembros todos se preocupen los unos por los otros.  De manera que si un miembro padece, todos los miembros se duelen con él, y si un miembro recibe honra, todos los miembros con él se gozan”… “para que ya no seamos niños fluctuantes, llevados por doquiera de todo viento de doctrina, por estratagema de hombres que para engañar emplean con astucia las artimañas del error,  sino que siguiendo la verdad en amor, crezcamos EN TODO  en aquel que es la cabeza, esto es, Cristo,  de quien todo el cuerpo, bien concertado y unido entre sí por todas las coyunturas que se ayudan mutuamente, según la actividad propia de cada miembro, recibe su crecimiento para ir edificándose en amor” (1-Co.12.25-26; Ef.4.14-16).

 

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario