viernes, 17 de septiembre de 2021

!! NO, NO ES LO MISMO !!

 

¿ES JESUCRISTO O LA IGLESIA EL MISMO REINO DE DIOS?

 

   El diccionario define el término “reino” como el “territorio sometido al gobierno de un rey”. Está por fuera de toda razón pensar que una persona pueda a la vez ser rey y reino. ¿Qué dice la Biblia? Por ejemplo, en Lc.11.2: “Y él les dijo: Cuando oréis, decid: Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre. Venga tu reino…” Se él era el mismo reino de Dios, ¿por qué enseñaba a pedir que viniera, si él ya estaba con ellos?

   Hablando de él mismo, de su segunda venida, (Mt.24. 25-27), dijo: “Así que, si os dijeren: Mirad, está en el desierto, no salgáis; o mirad, está en los aposentos, no lo creáis.  Porque como el relámpago que sale del oriente y se muestra hasta el occidente, así será también la venida del Hijo del Hombre”. En otras palabras, la persona del Salvador será totalmente evidente, localizable, en tanto que el Reino de Dios, no. Dice en Lc. 17.20-21: “Preguntado por los fariseos, cuándo había de venir el reino de Dios, les respondió y dijo: El reino de Dios no vendrá con advertencia,  ni dirán: Helo aquí, o helo allí; porque he aquí el reino de Dios está entre vosotros.” Mire también en 1-Co.15.24: “Luego el fin, cuando entregue el reino al Dios y Padre, cuando haya suprimido todo dominio, toda autoridad y potencia.” ¿Significa que se entregará él mismo? Obviamente que no.

   Observe también la clara distinción que hace el apóstol Pablo entre lo uno y lo otro: “Y Pablo permaneció dos años enteros en una casa alquilada, y recibía a todos los que a él venían,  predicando el reino de Dios y enseñando acerca del Señor Jesucristo, abiertamente y sin impedimento”. Hay cizaña en el Reino de Dios (Mt.13.41) pero no la hay en Jesucristo, pues él es el rey, una persona, y reino otra cosa, comparable a un árbol, una red, etc. Es todo lugar, área o dimensión en donde él ejerce soberanía.

   Ahora bien. La Iglesia es el Cuerpo de Cristo (1-Co.12. 12-27; Ro.12. 4-5; Ef.1. 15-23; Col.1. 18). La Iglesia es la parte humana de su Reino. Son los creyentes, los fieles. El rey desea ejercer su soberanía, tanto en éstos individuos en particular, como en el conjunto de ellos, considerados como el pueblo propio de Dios, la santa nación (1-P.2.9-10), para que “siguiendo la verdad en amor, crezcamos en todo en aquel que es la cabeza, esto es, Cristo, de quien todo el cuerpo, bien concertado y unido entre sí por todas las coyunturas que se ayudan mutuamente, según la actividad propia de cada miembro, recibe su crecimiento para ir edificándose en amor”, generando así obras que den testimonio para la gloria de Dios (Mt.5.14-16).

   Jesús dijo a quienes lo rechazaron (Mt.21.43): “Por tanto os digo, que el reino de Dios será quitado de vosotros, y será dado a gente que produzca los frutos de él.”. Dijo también a sus discípulos (Lc.12.32): “No temáis, manada pequeña, porque a vuestro Padre le ha placido daros el reino” Si el Reino de Dios es algo que se puede dar o quitar, entonces es obvio que es algo diferente a la gente a la cual se le da o se le quita.

  Veamos más. Mt. 25.34 dice:  “Entonces el Rey dirá a los de su derecha: Venid, benditos de mi Padre, heredad el reino preparado para vosotros desde la fundación del mundo.” Nos podemos preguntar entonces: ¿Cómo heredarán algo si ellos mismos son ese algo? El Nuevo Testamento NO dice que los creyentes somos el Reino de Dios, pero sí declara que somos “participantes” el él (Ap.1.9).  Deducimos, pues, no solo por lo ya dicho sino por el contexto general de la Biblia, que se trata de un sistema integral de gobierno en donde, con fundamento en el sacrificio del Cordero de Dios (1-Co.3.11), interviene el mismísimo Espíritu Santo de Dios, y colaboran los ángeles del Salvador (He.1.14), siempre todo bajo las enseñanzas y principios de la Palabra del Reino (Mt.13.19; 2-P.1.19).

   Observe, además, que el evangelio de Reino es predicado (Mt.4.23; 10.7; Hch.28. 31, etc.); Jesucristo es predicado (Hch.5.42; 8.5; 1-Co.1.23, etc,); Pero en la Biblia la Iglesia nunca es predicada, ni alguna iglesia local en particular, ni la Iglesia universal (Lo que infortunadamente sí ocurre en la actualidad con la marca comercial que representan algunas instituciones religiosas).

   Está muy claro que la Iglesia no es el mismo Reino de Dios, pero sí está integrada por el pueblo escogido por Dios, para ejercer, tanto en ella, la Iglesia, como a través de ella, su gobierno el la Tierra (Dn.7. 22,27; Ap. 2. 26-27).

 

 


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