jueves, 22 de octubre de 2020

RELIGIOSIDAD, NO: REINO, SÍ

 

     




Alguien dijo alguna vez que la religión es el opio del pueblo. Ante  tal aseveración nos ofuscamos; pero cuando queremos dar las razones por los cuales afirmamos que esto no es así nos remontamos a verdades supra-terrenales de efectos intangibles. Es muy fácil, y a veces hasta divertido, pensar que con meramente nuestra fe, estamos derribando murallas y conquistando reinos para Dios; además, es agradable suponer, “por la fe”, que somos grandes baluartes para el cambio que la Humanidad necesita. 

 
Y mientras soñamos con estas “santas presunciones”, nuestros hermanos maltratados, dentro de la Familia de la fe, claman a Dios para que su Espíritu mueva el corazón de aquellos creyentes insensibles al dolor humano, y hagan algo para mejorar las condiciones de vida que ellos y todos necesitamos.
(He 13.1-3)

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