El pueblo de Israel
practicó este principio que lo mantuvo al margen de las naciones paganas (Lv.
26.9-13; Ez.38. 27-28). San Pablo lo enuncia a los cristianos para que lo
pongan en obra. En su disertación (2-C0.6.14-18) no se refiere solo al
matrimonio o a otros credos religiosos. No hay bases bíblicas para afirmar
esto. Él le habla al pueblo de Dios como a una nación santa, apartada, “para
que anuncie las virtudes de Aquel que nos llamó de las tinieblas a su luz
admirable” (1-P.2.9).
Una nación
verdaderamente lo es cuando atesora una cultura, en este caso la que proviene
de aplicar todos los principios y enseñanzas de la Palabra del Reino.
Considerándolo así, la cultura de un pueblo no solo tiene que ver con el
matrimonio de sus individuos o con los formatos de culto religioso. Estos dos
aspectos hacen parte de la cultura de un pueblo pero no representan la
totalidad de ella.Esta es todo aquello que lo integra, lo identifica y lo
desarrolla.
El pueblo de Dios tiene un mismo origen,
historia y destino que lo configura como
una nación, enmarcada por su “constitución nacional”, es decir, la sagrada Biblia.
Todo esto no sería posible sin unidad. Jesús la anhelaba (Jn.17.21). Se la
compara a la integración de todos los órganos y miembros de un mismo Cuerpo (el
“cuerpo místico” de Cristo).
Si un creyente no debe tener compromisos de
asociación (“yugo desigual”) con los incrédulos, entonces, ¿con quién los debe
tener? Obviamente, con los demás
miembros de su comunidad cristiana. Esto es bíblico y realista. Las
interpretaciones sesgadas o maliciosas no pasan de ser artificiosas, para
distraer o manipular.
Este mismo principio de
unidad práctica, más que conceptual, nos llevará indefectiblemente a otros
principios igualmente importantes que lo complementan, tales como la
solidaridad y la igualdad.
El mandamiento dice:
“Buscad primeramente el Reino de Dios y su justicia”. Pero no puede haber
justicia si no hay igualdad. No podrá haber igualdad, si no hay solidaridad. Y
no podrá haber solidaridad efectiva y ubérrima, si no existe la integración y
organización apropiada.
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