lunes, 23 de septiembre de 2019

DEBEMOS VENCER...PERO PACÍFICAMENTE

 
     La no violencia no es lo mismos que la resignación pasiva ante los agentes perturbadores de la paz. La no violencia es el arte de ganar la guerra por medios pacíficos, “con armas de justicia a diestra y a siniestra”, como lo proclama las Sagradas Escrituras Cristianas, (2-Co.6.7).
   
 “Y esto, conociendo el tiempo, que es ya hora de levantarnos del sueño, porque ahora está más cerca de nosotros nuestra salvación que cuando creímos. La noche está avanzada, y se acerca el día. Desechemos, pues, las obras de las tinieblas, y vistámonos las obras de la luz, (Ro.13.11-12).
    
Así como el Cordero de Dios “salió venciendo y para vencer”,(Ap.6.2), así los cristianos debemos unirnos y organizarnos, para que Dios, por medio de su Espíritu, quien es el que en nosotros produce así el querer como el hacer, por su buena voluntad, (Fil.2.13), nos dé la victoria que produce la soberanía de su gobierno en nosotros, como la comunidad de su pueblo que somos.
   
     El gran Libertador de nuestras almas dijo lo siguiente: “He aquí, yo os envío como ovejas en medio de lobos; sed, pues, prudentes como serpientes, y sencillos como palomas” (Mt.10.16). De tal manera que la humildad y la prudencia son dos de las “armas de la luz” de que disponemos.
   
    El apóstol Pablo complementa: “Vestíos de toda la armadura de Dios, para que podáis estar firmes contra las asechanzas del diablo. Porque no tenemos lucha contra carne y sangre, sino principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este mundo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes, (Ef.6.11-12).
   
    Pero, “Quién es aquel que os podrá hacer daño, si vosotros seguís el bien?  Más también, si alguna cosa padecéis por causa de la justicia, bienaventurados sois. Por tanto, no os amedrentéis por temor de ellos, ni os conturbéis, sino santificad al Señor vuestro Dios en vuestros corazones, y estad siempre preparados para presentar defensa con mansedumbre y reverencia ante todo aquel que os demande razón de la esperanza que hay en vosotros, teniendo buena conciencia, para que en lo que murmuran de vosotros como de malhechores, sean avergonzados los que calumnian vuestra buena conducta en Cristo” (1-P.3.13-16).
  
   En los primeros tiempos de la Iglesia los cristianos tenían “favor con todo el pueblo” (Hch.2.47). Porque tener “buena conciencia” es tener la satisfacción del deber cumplido, al diseñar, establecer y promover planes, programas y proyectos reales y concretos “para que vean vuestras buenas obras, y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos” (Mt.5.16).
  
   “Porque esta es la voluntad de Dios; que haciendo el bien, hagáis callar la ignorancia de los hombres insensatos; como libres, pero no como los que tienen la libertad como pretexto para hacer lo malo, (por ejemplo indolencia e indiferencia social,  desorganización), sino como siervos de Dios, (1-P.2.15-16).
   
   Vencer sin violencia es, pues, fundamentalmente, crear condiciones de justicia y desarrollo social, para que realmente pueda existir, al menos dentro del pueblo de Dios, paz y gozo en el Espíritu Santo. “Porque el que en esto sirve a Cristo, agrada a Dios, y es aprobado por los hombres. Así que, sigamos lo que contribuye a la paz  y a la mutua edificación”. (Ro.14.17-19)

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