viernes, 20 de enero de 2023

BENDECIDOS PARA BENDECIR

 

     En medio de la desesperanza de una sociedad ofuscada por la violencia, el vicio y la pobreza, y cuando pensamos que la resignación es la mejor solución que debemos adoptar, surge en el horizonte de nuestra perdida fe la visión de los frutos que ha producido a través de los tiempos, el martirio del Salvador del mundo, Jesucristo, cuyos efectos se han reflejado en el cambio positivo y mejoramiento de miles y miles de individuos y pueblos enteros.

   Es entonces cuando resurge nuestra esperanza, especialmente al considerar que el pueblo de Dios, por su propia naturaleza y razón de ser, está puesto para salvaguardar los valores de su fe, evitando así que la inmoralidad cause los estragos que estamos viendo en esta sociedad. Es de considerar que los cristianos tenemos ante el Estado deberes para cumplir y derechos para disfrutar, y uno de esos derechos nos da la oportunidad de crear y/o participar en organizaciones comunitarias de beneficio común, sin que tengamos que renunciar a nuestra identidad y autonomía; por el contrario, podemos enaltecer el nombre y la soberanía de nuestro Rey Salvador.

 Por eso, hermano y amigo cristiano, “Recuérdales esto, exhortándoles delante del Señor a que no contiendan sobre palabras, lo cual para nada aprovecha, sino que es para perdición de los oyentes.”…” Porque esta es la voluntad de Dios: que haciendo bien, hagáis callar la ignorancia de los hombres insensatos;  como libres, pero no como los que tienen la libertad como pretexto para hacer lo malo, sino como siervos de Dios.  Honrad a todos. Amad a los hermanos. Temed a Dios. Honrad al rey.”… en este caso, al Estado. (2-Ti.2.14; 1-P.2.15-17).

 


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