viernes, 2 de diciembre de 2022

NUEVA ERA Y REINO DE DIOS

 

Como parte de los conocimientos alcanzados y las nuevas posibilidades a que dan lugar, han surgido ciencias tan cautivadoras como lo es la física cuántica, cuyos enunciados no se desprecian o condenan, sino que se respetan. Sin embargo, estas ciencias como otras afines tienen un campo cierto y confirmado en los laboratorios, y otro teórico-especulativo.

   Una de sus facetas trata sobre la energía mental y su interacción con la mecánica del Universo, que eventualmente determina o influye aun en los acontecimientos sociales y físicos de nuestro globo terráqueo, juntamente con su relación directa con la biología y psicología de los individuos.

   Por naturaliza, el ser humano desea ser alguien de relevancia, ser elogiado y reconocido, dejar su huella en la Historia. Una de las formas de hacerlo es ejerciendo poder, bien sea económico, militar, político, o de otra índole; al no poder así lograrlo lo buscan en lo paranormal. Es aquí en donde en ocasiones entran en juego movimientos ideológicos y algunos otros que quieren vivir del cuento, que mezclan la ciencia con la religión y la magia en su empeño de elaborar fascinantes dogmas a partir de suposiciones que alagan y glorifican el ego de muchas personas que no quieren aparecer como religiosos ignorantes, sino como “iluminados” de una nueva era de paz y harmonía, sin un Dios sectario o autoritario que coarte sus libertades individuales, y que no castigue o reprenda sus conductas, piensan ellos.

   Como cristiano no niego los efectos buenos o malos que mis actitudes mentales puedan generar, pero como conocedor del plan divino de salvación que existe para la Humanidad, debo ser cuidadoso y tener muy en cuenta que “…Si yo me glorifico a mí mismo, mi gloria nada es; mi Padre es el que me glorifica,… y cualquiera cosa que pidiéremos la recibiremos de él, porque guardamos sus mandamientos, y hacemos las cosas que son agradables delante de él.” (Jn.8.54;  1-Jn.3.22)

   Creo que el positivismo (Fil.4.8), la visualización (2-C0.3.18), la reprogramación mental (2-Co.5.17; Ro.12.2; Ef.4.22-24), la “programación neurolingüística” (Ro.10.10), etc., son partes tácitas de la fe cristiana. Con ella, desde nuestras mentes y corazones nos capacitaremos para recibir la vida abundante  y la libertad gloriosa de los hijos de Dios que el Rey Jesucristo brinda a quienes encuentran la justicia de su Reino, gobierno vigente entre nosotros en su actual estado de desarrollo, haciéndonos dignos de heredarlo en su futura y perfecta plenitud, cuando nuestro amado soberano en persona comparta con nosotros los frutos de su sacrificio, y de nuestra fe y colaboración (2-Co.1.20; 1-Co.3.9; Col.4.11).


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