El Reino de Dios está vigente entre nosotros, los cristianos,
que conscientemente o no participamos de él, bien sea como "buena
semilla" o como "cizaña". Dios nos entrega dones y talentos para
trabajar en su Obra, y de ello daremos cuenta.
Por esto mismo, y para evitar toda contaminación, NO debemos, según 2-Co.6.14-18;7.1,asociarnos con gente común, sino con miembros del Cuerpo de Cristo, para enaltecer las virtudes de este creciente, indestructible y maravilloso Reino, en donde Dios ejerce la bendita soberanía de su gobierno en su propio pueblo, su santa nación. Así que, no a la religión, Sí, al Reino de Dios.
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