sábado, 25 de agosto de 2018

 
   Una de las estrategias de los ministros del Adversario es hacer que sus feligreses los escuchen sólo a ellos. Para ello se encubren maliciosamente con versículos tales como: “Si alguno viene a vosotros, y no trae esta doctrina, no lo recibáis en casa, ni le digáis: ¡BIENVENIDO!  Porque el que le dice: ¡BIENVENIDO! participa en sus malas obras”. (2-Jn.1.10-11).
   
   Pero como ocurre casi siempre con estos manipuladores, acomodan las Escrituras a sus intereses personales. Por eso, no contextualizan sus afirmaciones y pasan por alto otros versículos, tales como aquellos que dicen: “Examinadlo todo, retened lo bueno” (1-Ts.5.21); “Y éstos eran más nobles que los que estaban en Tesalónica, pues recibieron la palabra con toda solicitud, ESCUDRIÑANDO cada día las Escrituras para ver si estas cosas eran así”. (Hch.17.11); “Jesús les respondió: Si fuerais ciegos, no tendríais pecado; mas ahora, porque decís: VEMOS, vuestro pecado permanece”. (Jn.9.41).
  
   Y como ovejas al matadero, allí van tontamente éstos fieles a la fantasía,  presumiendo que son los únicos poseedores de la Verdad y que exclusivamente reciben la aprobación del Padre Eterno.

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