lunes, 24 de agosto de 2015

EL REINO DE DIOS...¿NO ES DE ESTE MUNDO?

                                                                                                           
   Dirán algunos, ¿ A caso no dijo el Mesías que su reino no era de este mundo? Ciertamente; tanto Jesucristo como su reino y sus discípulos no son de este mundo (Jn 17.16; 18.36) Eso no significa que nuestro Salvador y su reino sean imaginarios o que sus discípulos seamos fantasmas o extraterrestres. En la Biblia la palabra “mundo” tiene varios significados, y según el contexto en el cual se aplica se debe deducir a qué se refiere.

     
   Se habla del mundo material creado por Dios, (Jer 10.12); se hace también mención de “mundo” para referirse a la Humanidad, (Jn. 3.16). En ocasiones se dice “mundo” para referirse a los que se oponen a Dios (Jn 14.30; I –Jn 5.19) , o se habla de “mundo” simplemente para diferenciar la vida natural de la espiritual, sin connotaciones positivas o negativas en sí; ( I-Co 7.33).


    El Reino de Dios no hace parte de ese mundo pecaminoso que se opone a la voluntad de Dios, y que prefiere vivir a expensas de sus propias habilidades y recursos, pudiéndole dar rienda suelta a sus pasiones, egoísmos y caprichos, sin reconocer ni la personalidad de Dios, ni mucho menos su autoridad como creador del Universo.
   
    El apóstol Pablo hablándole a quienes sí le reconocen éstos atributos, les dice: “Y él os dio vida a vosotros cuando estabais muertos en vuestros delitos y pecados en los cuales anduvisteis en otro tiempo, conforme al príncipe de la potestad del aire, el espíritu que ahora opera en los hijos de desobediencia; entre los cuales también todos nosotros vivimos en otro tiempo en los deseos de nuestra carne, haciendo la voluntad de la carne y de los pensamientos, y éramos por naturaleza hijos de ira, lo mismo que los demás”. (Ef 2.1-3).

   Hay pues, dos grandes opciones para la Humanidad: O vivir bajo la influencia perniciosa de Satanás y de nuestras tendencias destructivas, o bajo la orientación, ayuda y protección del paternal gobierno de Dios.


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