Cuando en su martirio estaban torturando a
Jesús, se burlaban de él como si fuera un "rey payaso". Hoy en día ni
siguiera hablan de él como rey, y los que lo hacen lo hacen solo como un
cumplido o como adorno. No toman en serio al rey, y mucho menos a su REINO. Y
lo peor, muchos se adelantan a torcer en entendimiento de la gente haciéndoles
pensar que se trata sólo de algo para después de la muerte, o que simplemente
es algo personal, emocional...En este orden de ideas, tenemos bloqueado el plan
divino de salvación que no solo consiste en palabras y sentimientos sino en
CONVERSIÓN en miembros activos del Cuerpo de Cristo, para que INTEGRADOS bajo
los principios doctrinarios de su gobierno (declarados en su Palabra), podamos
poner en alto los alcances de justicia a la que pueden llegar los que
participan, no tanto de religiosidades infructíferas, sino de los efectos de Su
soberanía en nosotros como una verdadera nación creada por el mismo Dios para
anunciar las virtudes de su gobierno.
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